Este blog tiene un carácter HISTÓRICO-CULTURAL y no plantea reivindicaciones políticas de ningún tipo, descartando otro fin que el mero ESTUDIO HISTÓRICO.
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Capitán MANUEL RUÍZ de HUIDOBRO y ALZURENA

Capitán MANUEL RUÍZ de HUIDOBRO y ALZURENA obtuvo la Cruz Laureada de San Fernando el día 10 de Febrero de 1.943 al frente de su tercera compañía del 262 Regimiento de la División Azul. Esta le fue concedida al estar comprendida su acción en el caso segundo del artículo 49 del Reglamento de la orden. Según el expediente contradictorio sus méritos fueron:
El capitán don Manuel Ruíz de Huidobro y Alzurena cubría, con su Compañía, constituida por 120 hombres, un frente de unos dos kilómetros, cuando uno de sus oficiales le informó que en un bosque inmediato a la posición se habían oído ciertos ruidos al parecer por movimientos de carros de combate, informe cuya veracidad corroboró el propio capitán. Iniciada por el enemigo, al poco tiempo, intensa preparación artillera que fue seguida del avance de fuertes contingentes de infantería, se traslada el observatorio de su Compañía, situando en el mismo -como reserva móvil- 10 hombres de antitanques. Huidobro recorre la posición alentando a sus soldados y les recomienda que permanezcan tendidos en el fondo de la trinchera mientras continúa el fuego artillero del contrario, en espera de sus órdenes. Se dirige después al observatorio de antitanques y, al comprobar la presencia de fuertes contingentes enemigos en el citado bosque, establece allí su puesto de mando, instalando el equipo de radio.
En estos comienzos del ataque comunica al jefe del Batallón que no había novedad en la posición a su cargo. Más tarde, comunicó por radio el siguiente parte: "El enemigo ataca en grandes masas. Barrera de artillería delante de la posición y sobre el bosque".Este primer ataque fue rechazado brillantemente, con nutrido fuego de fusilería y armas automáticas. Un nuevo ataque, ejecutado con mayor intensidad, es rechazado de igual modo; pero en el tercer asalto, apoyado por lanzallamas, el enemigo consiguió rebasar la linde del bosque, sin que por ello decayese ni por un momento el elevado espíritu del capitán Ruíz de Huidobro, quien transmite al jefe del Batallón otro mensaje. Sale luego del observatorio y, con extraordinaria serenidad, recorre sus puestos, anima a la tropa con su ejemplo, arengándola enérgicamente, y reúne en torno suyo algunos soldados de una Compañía continua que había sido arrollada en parte por el fuerte ataque adversario, el cual avanzaba ya por el flanco derecho de la posición a cargo del capitán Ruíz de Huidobro. Este, ante el desconcierto y la amenaza que suponía el haber quedado descubierto uno de sus flancos, redobla su esfuerzo para organizar defensivamente el nuevo frente y, siendo, como siempre, el primero en el ejemplo, se sube encima de la trinchera, no obstante el intensísimo fuego enemigo, para desde allí ordenar el despliegue necesario. 
Los soldados, comprendiendo lo indispensable que en aquellos momentos le era su capitán, le instaban a que bajase de la trinchera, pero él continuaba en el sitio elegido para dirigir tan tenaz defensa, electrizando a su gente con frases de aliento y patriotismo "¡Que somos españoles! ¡Esto no es nada...No han de pasar!" Los soldados le instan para que abandone lo alto de la trinchera e incluso el alférez Duque, de antitanques, se sube al parapeto para ello, logrando que el capitán baje al fin, tras mutuo forcejeo y empujones. Inmediatamente se cubre el flanco y establecen los dos frentes cubriendo la rotura de la línea, mandando que ocupara el teniente Borque unas ruinas situadas frente al búnker de mando. No dejó un sólo momento de alentar a la gente, recorriendo las posiciones y recomendando el ahorro de municiones, para lo cual llegó a prohibir se disparase más que sobre blanco seguro. En estas condiciones rechazó dos veces al enemigo y en un tercer ataque, al Oeste de la posición, por el bosquecillo que lo limitaba, éste sintió cinco hombres armados de lanzallamas junto a un tanque destruido. El capitán Huidobro cursó su último parte oficial: "El enemigo continúa atacando en grandes masas; barrera de artillería delante de la posición. Moral elevada. Sin novedad"… Al poco, la lucha ya era cuerpo a cuerpo. Durante estos combates, el capitán De Huidobro caía herido mortalmente por un disparo en el cuello, empleando sus últimas palabras en alentar a la gente y exhortándoles a que se mantuviesen fuertes defendiendo la posición.